viernes, 22 de abril de 2016

Crítica: “Ethan de Athos”, de Lois McMaster Bujold



Me gustó tanto Cetaganda, que me lancé todo seguido a leer esta; que es de ciencia ficción, no romántica (creo).
Leída en Kindle

DATOS GENERALES

Título original: Ethan de Athos
Subgénero: ciencia ficción / Space opera

Fecha de publicación original en inglés: diciembre de 1986

Parte de una serie: #3 de la Saga Miles Vorkosigan, por fecha de publicación

Edición en español: Ethan de Athos
Traductor: Rafael Marín Trechera
Edición: 1.ª edición, 1.ª imp. 2/1998
Publicación: B (Ediciones B)
Colección: Nova ciencia ficción, 106

SINOPSIS (según Fiction Data Base)
Cualquiera pensaría que un obstetra de un planeta prohibido a las mujeres estaría desempleado...

No es así. El doctor Ethan Urquhart, jefe de biología del Centro de Reproducción del Distrito de Severin, es uno de los hombres más ocupados del planeta Athos. Esto es, hasta que una misteriosa crisis genética amenaza a Athos con la extinción.

Elegido para salir al vasto universo en busca de nuevos cultivos tisulares de ovarios, Ethan se prepara para su primer encuentro con estos seres alienígenas: las mujeres. Pero ni en sus más salvajes fantasía se ha podido imaginar una alianza con la comandante Elli Quinn, un oficial de inteligencia mercenaria enormemente atractiva, que tiene su propio interés en los problemas de Athos.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No, porque NO es novela romántica. A este libro, como el resto de la serie, he llegado a través de las páginas web de novela romántica. Así, All About Romance considera que toda la serie en su conjunto es merecedora de ser considerada DIK A, es decir, libros que te llevarías a una isla desierta.

CRÍTICA

En 1986, Bujold lanzó tres libros, cada uno con un protagonista diferente, a ver qué interesaba al público: Fragmentos de honor (junio, sobre Aral y Cordelia), El aprendiz de guerrero (agosto, con Miles de protagonista) y este Ethan de Athos (diciembre, con Elli Quinn de mercenaria estrella).
Ethan de Athos mantiene el tono de space opera. Ethan, el protagonista, es obstetra en un planeta en el que sólo viven hombres. El nombre del planeta, Athos, ya lo dice todo: prohibido mujeres. Crean los niños en el laboratorio, a partir de tejido ovárico. Parece que los hombres se relacionan entre sí sexualmente, aunque no resulta tan claro que se formen parejas estables. Hay co-padres de los niños, habitualmente amantes pero no forzosamente, porque puede ser un pariente. Resulta que también hay unos cuantos hombres célibes. Tener hijos de esta manera es un procedimiento costoso que consume prácticamente todos sus recursos.
Pero dependen de unas menguantes reservas de tejido ovárico y, cuando la última remesa resulta ser inutilizable, alguien tiene que salir al vasto universo para saber qué ha ocurrido y encontrar ovarios de calidad. Le tocó hacerlo al valiente Ethan que, nada más llegar al enlace interplanetario Estación Kline, es objeto de ataques, secuestro y hasta un poco de interrogatorio militar. ¿Su salvadora? Elli Quinn, comandante de los mercenarios libres de Dendarii.
Resulta que en esos ovarios hay más interesados que Athos. Los cetagandianos, una sociedad con sus peculiares formas de reproducción al que vimos en el libro anterior, están dispuestos a todo para recuperarlo. Elli Quinn, aparentemente de vacaciones, sin embargo tiene sus propias órdenes como oficial de inteligencia.
El peculiar Dr. Urquhart no ha visto una mujer en su vida y las mira como si fueran, bien,… esto… sí, una especie de alien.
Si uno se lee la sinopsis, podría pensarse que surge alguna atracción entre Ethan y Elli. Pero no van por ahí los tiros. La actitud general de Ethan frente a las mujeres es de desconfianza: para él son bichos raros que le provocan incomodidad.
La novela es aventurera, con idas y venidas, secuestros, ataques, muertos, suspense,… Muy entretenida, me gustó bastante toda la intriga y a ver a dónde iba a parar la cosa. Elli aporta un sentido del humor parecido al de la madre de Miles. Parte de la diversión es el choque cultural de Ethan cuando se ve obligado a interactuar con mujeres.
La ambientación en prácticamente sólo un escenario, el nudo de enlace Estación Kline, más que ser una limitación resulta un punto de interés. Al ser una estación espacial, hay problemas técnicos que resolver como qué hacer con los cadáveres, cultivar comidas o controlar el frágil ambiente, susceptible de que cualquier virus que entre acabe devastándolo todo. Lo que se ve de este ecosistema planetario llama la atención, porque normalmente no reparas en ello.
Pero creo que no me gustó tanto como Cetaganda porque todo el tema de un planeta para hombres me resultó incómodo y molesto. Puedes tener una sociedad gay, eso lo entiendo, es una utopía interesante. Podría haber sido una especie de refugio planetario para todos los gais del universo, una especie de Israel para homosexuales masculinos. Tendría su punto. Pero no es eso lo que aquí se plantea.
Ya me parece que es pasarse un poco dedicar prácticamente todos los recursos del planeta al hecho de crear a la siguiente generación, todo niños, sin que me quede claro qué hacen con los fetos hembra, o es que no los producen... Sólo por no tener que vérselas con una mujer.
Pero la actitud general hacia las mujeres es de paranoia histérica, como si la mujer fuera el mismo demonio. Ni siquiera pueden leer cosas escritas por mujeres, o tener imágenes de ellas. Ethan no se desprende de esta actitud ni siquiera al final. Pueden no interesarte las mujeres como parejas sexuales, pero eso no significa que las reduzcas sólo a eso, su sexo biológico, y por lo tanto sean seres humanos a los que conviene evitar como si tuvieran la peste. Parecía muy aliviado de regresar a su planeta y no tener que ver ya más a las mujeres.
Bujold propone un planeta en el que, al parecer, sexo, género e identidad sexual son todo uno: macho men, gais sin discusión, sin diferencias ni matices, no hay heteros, bi ni trans. Ethan lo reduce todo a que así son las costumbres de su planeta. La sexualidad sólo como forma de comportamiento. Si te vas a vivir allí, aunque hayas sido hetero toda tu vida, sólo te emparejarás y tendrás sexo con otros hombres. La sexualidad como una forma de comportarse, no como algo que tú eres.
Me pareció ver un trasfondo religioso en esta opción (el nombre del planeta, los padres fundadores, las continuas referencias a un Dios Padre) en la que no se profundiza, pero que me resulta de lo más inquietante, como si nos estuvieran hablando de un planeta fanático e inquisitorial.
¿A esos les voy a dar yo mis ovarios? ¡Ja, y una gónada de pato, que los busquen en otra parte, si tenen collons!
Creo que por esto Ethan no acabó de caerme bien del todo.
Tampoco conecté con Terran-C, un sujeto con el que se han hecho experimentos genéticos y que ha huido de Cetaganda. También él, como parece que todo el resto del mundo mundial, tiene su poquito de interés en el tejido ovárico. Lo que ocurre es que en su caso hay una obsesión amorosa llevada más allá de la muerte, y eso te permite explicártelo un poco.
Ethan tiene su final más o menos feliz. Aunque no estoy segura. Puede que para ese planeta suyo sí lo sea. Por si acaso, que nadie lea este libro pensando que encontrará algo romántico.
Quería leerlo en español, pero no está aún en digital. En papel tiene precios disparatados. Lo leí en inglés, en digital.
Aunque forma parte de la serie Vorkosigan, se puede leer perfectamente de manera independiente.
Valoración personal: bueno, 3

Se la recomendaría a: todos los aficionados a la ciencia ficción.

Otras críticas de la novela:

Como es un clásico, tiene página en la wikipedia.
En español, he encontrado crítica aquí, aquí y en esta página de literatura LGBT donde leo algo en lo que yo no había reparado y que me parece muy acertado: “No está del todo explicado cuál fue el plan de los Padres Fundadores cuando decidieron asentarse en Athos y crear un mundo solo de hombres, ni tampoco se desarrolla cómo funciona la sociedad de dicho planeta”.

Pasemos al inglés, All About Romance considera que toda la serie en su conjunto  es merecedora de ser considerada DIK A, es decir, libros que te llevarías a una isla desierta. También hablan de ella, un poco en extenso, aquí, donde reconoce que como es una de las primeras novelas de Bujold, tampoco le vas a pedir peras al olmo, pero parece que la tesis que la autora defiende es que el tema sexual es, sobre todo cultural. Visto así, tendría sentido eso de que si te vas a vivir a Athos, adoptarás un comportamiento gay, aunque hasta la fecha no lo fueras.
A Nicki, de SFsite, le encantó este libro y empatizó bastante más que yo con Ethan
Por último, en Rosario’s Reading Journal, una C-.

3 comentarios:

  1. A pesar de decadas de recomendaciones, confieso que todavia he de leer algo de LMcMB. Sin embargo, he leido muchas criticas de esta novela en particular que se centran precisamente en la cuestion de la sexualidad en Athos.

    La premisa de que todos los hombres nacidos ahi son machos automaticamente, y de que si no sienten atraccion sexual hacia otros hombres tienen, por fuerza que vivir celibes, parece una critica (tal vez no muy bien realizada) de las sociedades que declaran que hay hombres y mujeres, y nada mas; vamos, que ser cualquier otra cosas salvo tradicionalmente lo que la sociedad decide, es imposible.

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    1. Gracias por el comentario. Creo que sus obras son interesantes sólo si te gusta la ciencia ficción porque básicamente es lo que son estas novelas. Si uno espera romance, queda bastante chasqueado.
      Lo que dices de que este libro parece una crítica es una explicación. Pero si es eso lo que pretendía, no lo consiguió en absoluto, al menos yo no lo vi. Sólo un planeta entero profundamente misógino.

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    2. Las criticas que he leido apoyan la idea de que, si esa era su intencion, el desarrollo fue un fracaso.

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